La proporción áurea se trata de un número especial que ocupa a la humanidad desde tiempos muy antiguos y que también se conoce como media áurea, sección áurea, razón áurea, divina proporción, razón dorada, número aureo, número dorado y número de oro. Este número ya era conocido alrededor de 2000 a. C. por babilónicos y asirios, sin embargo, fue el matemático griego Euclides (300-265 a. C.) el primero en realizar un estudio formal sobre la proporción áurea.
Para definir de una forma entendible el número de oro, podemos decir que, suponiendo que tengamos una cuerda recta y la dividamos en dos trozos uno grande y otro pequeño, la proporción resultante de dividir la cuerda completa entre el trozo grande es idéntica a la proporción resultante de dividir el trozo grande entre el pequeño (ver dibujo). El valor númerico de la proporción áurea es muy fácil de calcular y se representa por la letra griega fi (φ), se trata de un número bastante feo y cuyo valor viene dado por uno más la raíz cuadrada de cinco, todo partido por dos, que una vez calculado viene a ser más o menos 1,6180339887498948482045868343656...Este extraño número posee algunas propiedades muy interesantes y aparece por todas partes, en obras de arte, en la naturaleza e incluso en nuestro propio cuerpo. En lo que respecta a las obras de arte, a la razón áurea se le atribuye un caracter estético especial, aparentemente se trata de una proporción estéticamente equilibrada a la vista y se puede ver en obras de arte como el Partenón o el famoso Hombre de Vitruvio de Leonardo da Vinci. En la naturaleza aparece, por ejemplo, en los patrones de crecimiento de los espirales que forman algunas caracolas (no sólo del nautilus), en la relación entre la cantidad de abejas macho y abejas hembra en un panal, en la disposición de los pétalos en las flores, en la disposición de las hojas en el tallo de algunas plantas para que las hojas de arriba tapen lo menos posible a las de abajo, en la relación entre los lados de un pentágono regular (teorema de Ptolomeo), etcétera. En lo que se refiere a nuestro cuerpo, podemos encontrar la proporción áurea en la línea recta que se forma al unir los segmentos constituidos por las distancias desde los pies al ombligo y desde el ombligo a la cabeza, en la relación entre la distancia del hombro a los dedos y la distancia del codo a los dedos, en la relación entre la altura de la cadera y la altura de la rodilla, en la relación entre el diámetro de la boca y el de la nariz, etcétera. Además, parece comprobado que aquellos individuos que tienen una mayor cantidad de proporciones áureas en su cuerpo y en su rostro, son considerados por el resto de las personas como individuos guapos, bellos y proporcionados.
Para definir de una forma entendible el número de oro, podemos decir que, suponiendo que tengamos una cuerda recta y la dividamos en dos trozos uno grande y otro pequeño, la proporción resultante de dividir la cuerda completa entre el trozo grande es idéntica a la proporción resultante de dividir el trozo grande entre el pequeño (ver dibujo). El valor númerico de la proporción áurea es muy fácil de calcular y se representa por la letra griega fi (φ), se trata de un número bastante feo y cuyo valor viene dado por uno más la raíz cuadrada de cinco, todo partido por dos, que una vez calculado viene a ser más o menos 1,6180339887498948482045868343656...Este extraño número posee algunas propiedades muy interesantes y aparece por todas partes, en obras de arte, en la naturaleza e incluso en nuestro propio cuerpo. En lo que respecta a las obras de arte, a la razón áurea se le atribuye un caracter estético especial, aparentemente se trata de una proporción estéticamente equilibrada a la vista y se puede ver en obras de arte como el Partenón o el famoso Hombre de Vitruvio de Leonardo da Vinci. En la naturaleza aparece, por ejemplo, en los patrones de crecimiento de los espirales que forman algunas caracolas (no sólo del nautilus), en la relación entre la cantidad de abejas macho y abejas hembra en un panal, en la disposición de los pétalos en las flores, en la disposición de las hojas en el tallo de algunas plantas para que las hojas de arriba tapen lo menos posible a las de abajo, en la relación entre los lados de un pentágono regular (teorema de Ptolomeo), etcétera. En lo que se refiere a nuestro cuerpo, podemos encontrar la proporción áurea en la línea recta que se forma al unir los segmentos constituidos por las distancias desde los pies al ombligo y desde el ombligo a la cabeza, en la relación entre la distancia del hombro a los dedos y la distancia del codo a los dedos, en la relación entre la altura de la cadera y la altura de la rodilla, en la relación entre el diámetro de la boca y el de la nariz, etcétera. Además, parece comprobado que aquellos individuos que tienen una mayor cantidad de proporciones áureas en su cuerpo y en su rostro, son considerados por el resto de las personas como individuos guapos, bellos y proporcionados.
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